jueves, 14 de agosto de 2008

150 aniversario del nacimiento del Padre Tadeo de Wiesent

Tadeo de Wiesent, sacerdote capuchino y médico naturista alemán (26 de enero de 1858 - 10 de junio de 1926 )

Fue discípulo del Monseñor Sebastian Kneipp (creador de la Hidroterapia moderna), y difusor de ella en Chile y otras localidades sudamericanas, aparte de ser un gran difusor del naturismo en esas localidades. Fue el maestro del Doctor Manuel Lezaeta Acharán, en quién quedaron sus frutos con la creación de la Doctrina Térmica. Fue conocido en Chile con el simple apodo de “Padre Tadeo”.


Biografía
El Padre Tadeo, de familia de escasos recursos nació en Wiesent, aldea de Baviera, Alemania. Desde la infancia sintió atracción por ser sacerdote, lo cual logró al ingresar en 1887 al sacerdocio, luego de cumplir su bachillerato.
En 1891 decidió ingresar al noviciado de los Capuchinos en la localidad de Laufen, de donde saldría con el título de sacerdote en 1891. Después de 14 años de una exigente vida al servicio de dios, una gran carga de trabajo y con grandes privaciones, su salud se vio perjudicada de tisis y reumatismo, perdiendo un pulmón y llego a ser desahuciado por los especialistas de la época.
Fue curado por Sebastian Kneipp, de quien posteriormente se convirtió en discípulo y de quien aprendió todos sus conocimientos de Hidroterapia y medicina natural. Llegó a ser un experto en el campo de la medicina natural propagando la para entonces nueva ciencia de curar sin fármacos, vacunas, inyecciones ni cirugía, que según él solo beneficiaban a los intereses aliados de la enfermedad.
La figura del padre Tadeo fue muy conocida en Latinoamérica, donde su recuerdo permanece vivo porqué amó esa tierra como su segunda patria.

Vida en Chile.
Una vez recobrada su salud gracias a la intervención del abate Kneipp y su método de hidroterapia, Tadeo solicitó ser enviado a la Araucanía para ser misionero en la zona sur de Chile. En San Juan de la Costa abrió una escuela en 1897. Vivió en Pelchuquín entre los años 1898 y 1902, donde aprendió la medicina mapuche y construyó iglesias y escuelas, destacándose por el prestigio que alcanzaron sus curaciones que seguían el método natural. Esa zona llegó a ser lugar de peregrinaje de personas que llegaban de todo Chile y de todo el mundo, logrando curaciones asombrosas lo que a su vez seguía aumentando su fama. En dos oportunidades intereses gremiales contrarios a la salud se aliaron para expulsarle de Chile y en ambas ocasiones altos funcionarios del gobierno evitaron su salida por considerarlo muy valioso para el país.
En 1902 fue nombrado párroco de Río Bueno, época en que el Presidente chileno, Pedro Montt, llegó a buscar ayuda para su enfermedad, pero por las opiniones de sus médicos convencionales hizo caso omiso a los consejos del padre, y se limitó a viajar a Europa en busca de atención médica; Tadeo predijo que no llegaría a destino, y cuando el presidente desembarco en Bremen, falleció.
En 1912 se trasladó a la misión de Budi, donde sus amistades pretendían instalar un sanatorio. Sin embargo, las mismas influencias médicas que provocaron su alejamiento de Río bueno, obtuvieron que el Superior General de los Capuchinos en Roma decretara su alejamiento de Chile. Gracias a la gestión del embajador de Chile en la Santa Sede, se obtuvo que el Padre Tadeo continuara en el país solo que debía incorporarse a la Misión de los Capuchinos españoles en Constitución (Chile) y abandonar la región de los capuchinos germanos de la Araucanía. En la zona del Maule se acrecentó su prestigio aplicando el método hidroterápico. Siguió en la zona central de Chile por 8 años entre Constitución y Santiago, mientras aumentaba su cantidad de pacientes.
El padre Tadeo tenía una estatura moral superior a la de sus detractores, de ahí el triunfo de su causa. No se sabe en la historia de Chile ni de ningún otro país sudamericano, que un humilde sacerdote extranjero, que hablaba un idioma distinto del local, desconocía la idiosincrasia del pueblo, era obstinado, vivía en lugares apartados de las grandes ciudades y no buscaba publicidad, destacara de tal forma hasta atraer multitudes que lo seguían y practicaban sus consejos. La explicación está en su éxito al curar. Se humilló, fue ensalzado. Quiso ser nadie y su nombre se rodeó de una aureola.


En los tiempos que el Padre Tadeo atendía en Constitución, llegó a la localidad don Manuel Lezaeta Acharán, a la sazón estudiante de ultimo curso de medicina y el Padre le preguntó si lo había ido a visitar, pero este le dijo que no, por lo que Tadeo le contesto: “Pues, anda a mi consulta, porque estás muy enfermo", ya que con solo verle el aspecto físico noto su deterioro de salud y fue certero, ya que tenía un mal incurable en aquellos tiempos. Pero Lezaeta como estudiante de Medicina de quinto año se resistió a visitarlo por considerarlo un charlatán sin estudios médicos, pero al reflexionar se dio cuenta que ni él, ni sus profesores lograron siquiera aliviarlo, y finalmente resignado se presentó en la consulta del Padre Tadeo. Con los consejos que le dio, como baños y abluciones de agua fría, caminar descalzo al rocío de la mañana, pasear por las montañas y alimentación vegetariana, logró restablecer por completo su salud física y mental.
También en esos tiempos el empresario Fernando Doggenweiler construyó en Constitución una instalación de baños de acuerdo a las normas del capuchino y atendido por personal capacitado por Tadeo de Wiesent. Al mismo tiempo, en Santiago aparecieron seguidores como Víctor Lezaeta y Mario Acharán Arce, quienes fundaron centros de salud naturista.
Ultimo viaje
En 1922, al enterarse por una solicitud de sus hermanos Capuchinos en Colombia, se conmovió por tal situación de sufrimientos que vivían los leprosos en ese país, decide viajar, embarcándose el 26 de Abril en Valparaíso.
Al llegar, se instaló en el lazareto de Agua de dios con la esperanza de sanar a los leprosos con su método natural; pero las desastrosas condiciones en que estaban los leprosos dificultó en gran medida su trabajo. Tiempo después regresa al convento en Bogotá, donde continuó haciendo curaciones, incluso llego el presidente colombiano de la época por ayuda médica.
En una última carta, Tadeo comunico a sus amigos que tenía ganas de volver a Chile, pero no pudo lograrlo ya que falleció el 10 de Junio de 1926 por causa de gastritis crónica.
Sus restos fueron enterrados en la Iglesia de Capuchinos de Concepción, fiel a sus votos de pobreza que acogió en Alemania. Al entrar a tal orden, su nombre civil se perdió, por lo que se le recuerda con el nombre que el escogió, Tadeo, y el apellido Wiesent en referencia a sus ciudad natal.


Legado
El Padre Tadeo fue quien introdujo a Chile, la técnica de hidroterapia moderna desarrollada por su maestro Sebastian Kneipp en Alemania. En las variadas localidades del sur de Chile en donde trabajo en medicina, compartió sus conocimientos con médicos y estudiantes de medicina tradicional que se interesaban en el naturismo; también aportó a la cultura y el desarrollo de las ciudades, fundando colegios para obreros e indígenas, también bibliotecas y realizó un estudio etnográfico único, que está en Alemania, donde aparecen todos los caciques que el invitaba cada 8 de diciembre a la fiesta patrimonial de Río Bueno, donde permaneció alrededor de diez años. Entre sus seguidores más conocidos fueron Víctor Lezaeta y Mario Acharán Arce, Silvio Rossi Sachetti, y quizás el más importante, el doctor Manuel Lezaeta Acharán, que continuó con la importante obra naturista a gran escala, difundiendo su obra en todos los países de habla hispana, también en España. Dejo sus técnicas hidroterápicas y naturistas en su libro "La Medicina del Padre Tadeo", (Editorial Pax México ISBN: 9789688605721) que en realidad fue recopilada y aplicada por su discípulo Manuel Lezaeta Acharán.


Métodos y terapias
Sus principios se basaban en utilizar los agentes de curación que la naturaleza ofrece: aire, luz, sol, temperatura, agua, ejercicio y dieta natural. Según él si viviéramos como Adán y Eva en el paraíso, respirando a toda hora aire puro, ejercitándonos bajo la acción del sol, comiendo solamente frutos crudos, frutas y semillas, desconoceríamos las enfermedades y viviríamos hasta los 150 años.

Según el todas las enfermedades tienen su origen en la mala alimentación, agravado por otros factores. Por ejemplo el exceso de ropa evita la correcta eliminación de toxinas por la piel: la debilita volviéndola mas pasiva, sobrecargando los otros órganos de eliminación como son los pulmones y el riñón. La falta de intensa irrigación sanguínea a su vez debido a la falta del estímulo del aire libre, oxigenado y fresco, hace que la piel pierda calor superficial. Mientras que el consumo en exceso de alimentos cocinados, carnes, malas combinaciones alimenticias, someten al aparato digestivo a esfuerzos considerables, los cuales hacen aumentar el pulso cardiaco y la temperatura del sistema digestivo, agravado por el hecho de que la irrigación se ha desplazado de la piel al interior del organismo, en concreto del aparato digestivo. Este aumento de temperatura del vientre genera putrefacciones intestinales durante las digestiones. Esto a su vez lleva a destrucción o no asimilación de nutrientes como vitaminas y minerales lo cual provoca carencias graves al organismo. La digestión de fruta por si sola se lleva a cabo en media hora, mientras que la de conservas, carne, etc. exige hasta 8 horas y un gran esfuerzo para el organismo. El aire viciado y la polución, terminan de agravar el cuadro. Las toxinas se acumulan en nuestro interior durante años. Las enfermedades no son más que crisis curativas del organismo que se esfuerza por eliminar esa cantidad de residuos tóxicos. La medicina moderna de su época tomaba, como ahora, el camino equivocado, sofocando y cortando la eliminación por medio de cortar por ejemplo las diarreas que no son mas que respuestas eliminatorias del organismo, tomar medicinas que cortan la fiebre curativa e intoxican aun mas el organismo y en fin atiborrar de comida a un organismo que necesita ayuno y que de manera natural deja de tener apetito en su camino para eliminar elementos morbosos que intoxican los diferentes sistemas del organismo. Estas acciones abortivas de las naturales acciones autocurativas del organismo, son lo que produce las enfermedades crónicas.

La medicina del padre Tadeo restablecía el equilibrio térmico piel/sistema digestivo por medio de curas termales precisas, por ejemplo baños de agua fría y caliente, restablecía las digestiones por la alimentación gracias a una dieta de frutas y crudívora y estimulaba la eliminación de la piel. Los baños de sol hacen abrir los poros, facilitando la eliminación, se produce más vitamina D, se estimulan el hipotálamo y la glándula pineal por la acción de los rayos ultravioleta solares y el organismo vuelve a la normalidad poco a poco.
El padre Tadeo usaba la fitoterapia en muchos casos, y según él la planta más eficaz y la que tiene mas valor es la limpiaplata como se llama en Chile o ‘Cola de Caballo’ (equisetum arvense). Según sus propias palabras: “Purifica heridas y ulceras, acelerando de manera asombrosa su cicatrización. Excelente en problemas hepáticos, digestivos y en toda clase de dolencias. Favorece la formación de tejidos nuevos. Su acción es por demás prodigiosa y no acabaríamos nunca el querer describir todas las curaciones, verdaderamente estupendas, efectuadas con el solo auxilio de esta humilde hierbecilla. Hace algún tiempo a un pobre muchacho se hizo un corte muy profundo con una maquina aserradora. Entonces le entablillé el dedo y fui aplicando compresas de esa planta. A los pocos días podía mover el dedo en todas las direcciones no quedando ni dolor ni cicatriz. Otra vez arranqué de las garras de la muerte con esta planta a una persona que tenia fuertes hemorragias y estaba desahuciada por la medicina. Y así podría continuar la lista interminable de hechos admirables. Para las contusiones, inflamaciones, heridas, llagas pútridas, cancerosas es remedio excelente lavarlas con agua de limpiaplata y colocar sobre ellas compresas y cataplasmas de la misma planta. En las hemorragias nasales lo mejor es aspirar por la nariz el agua de esta hierba. En todos los trastornos, descomposiciones y vómitos de sangre, así como en casos de fiebre, produce el te de limpiaplata resultados eficacísimos. Finalmente para las enfermedades de los riñones, del hígado, bazo y vejiga, para las obstrucciones de las vías urinarias, para los cálculos, arenillas, almorranas, estancamientos de sangre, fetidez del aliento, putrefacciones intestinales, cáncer, lupus y otras enfermedades cutáneas, se obtienen efectos segurísimos con el agua, el vapor o las compresas de la limpiaplata”. (Citado por Manuel Lezaeta en ’La medicina natural al alcance de todos’ Ediciones Pastor, Valencia 1940)
En esa época el Padre Tadeo la usaba fundamentalmente en aplicación externa, con compresas de cocimiento durante algunos minutos de la planta. Hoy sabemos que sus virtudes se deben a la presencia de silicio en sus hojas y tallo. Ver los trabajos científicos de Forrest Nielsen (‘Nutrition Today’ 1993) y Loïc Le Ribault (Aplicaciones del silicio orgánico, Ed. LLR 1994) que observaron resultados análogos con soluciones de silicio puro en forma orgánica. Desde hace unos años existe y se puede tomar también un silicio orgánico totalmente inocuo por vía oral, lo que resulta en un efecto sinérgico al de las aplicaciones externas. Compresas de barro: El padre Tadeo utilizaba también algunas veces las compresas de barro en heridas abiertas y en caso de traumatismos graves, obteniendo resultados extraordinarios y según él, sin peligro de infección. Recordemos que la composición de la arcilla es silicato de aluminio hidratado.

Hemos querido rendir homenaje al Padre Tadeo, al conmemorarse el 150 aniversario del nacimiento del pionero de la Naturopatía mundial. La importancia del Padre Tadeo en su aportación al corpus naturopaticum no solamente está en las aplicaciones del método de Kneipp y sus innovaciones al mismo con amplios y demostrados resultados, sino porque también fue el punto de unión entre la Naturheilkunde alemana y la Naturopatía surgida en Estados Unidos a principios del siglo XX.